Sygnus (El Cisne) representa la transformación que se origina en los desafíos que enfrentamos en nuestra vida cotidiana y, la reflexión interna para considerar nuestras vivencias, expectativas y competencias que nos permitan resurgir como seres apropiados de nuestra esencia.



lunes, 5 de noviembre de 2012

Nutrición en la Pareja





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Cuando la pareja empieza a compartir la mesa deben tener en consideración que hay que llevar una dieta saludable y balanceada, donde satisfagan sus necesidades calóricas.
Las recetas familiares y la cantidad de comida en los platos pueden transformarse en un problema cuando la pareja comienza a compartir la mesa, por lo que antes de discutir sobre gustos y porciones, hay que tener claro que hombres y mujeres comen distinto, acorde a sus necesidades calóricas.
En una pareja promedio, entre 25 a 60 años y que no realiza actividad física, la mujer debe consumir entre 1.600 a 1.800 calorías diarias, mientras que en el hombre el requerimiento aumenta entre 2.000 o 2.400.
Esta diferencia no está determinada por el sexo, sino por la condición física y la masa muscular. Así, el hombre necesita más alimento porque requiere una mayor cantidad de calorías, debido a que tiene un gasto metabólico mayor, pues posee más músculo y menos grasa. Contrariamente, la mujer tiene una composición corporal con más grasa, menos músculo y por tanto, menos gasto calórico.
Esta disparidad se explica por características genéticas y hormonales que, como señala la nutrióloga de Clínica Alemana doctora Carolina González, "condiciona que la grasa se reparta en distintas partes del cuerpo".
El enemigo en casa
Está comprobado que las personas que viven en pareja o en familia suelen consumir más grasas y calorías que las que viven solas, y los hombres acostumbran consumir comidas más pesadas, abundantes y grasas que las mujeres.
La presencia de otras personas al comer influencia en la cantidad de comida que ingieres, según un estudio de la Universidad de Atlanta, Georgia.
Según las cifras actuales, en el país va en aumento el consumo de comida chatarra y dulces. Es decir, la pareja de hoy se alimenta de comidas más densas calóricamente y con mayor contenido de grasas y azúcares, situación tremendamente dañina para la salud.
Además, la obesidad ha aumentado significativamente en la población, ya que está más sedentaria. Esto puede desembocar en enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión arterial y apnea del sueño, entre otras
A comer se ha dicho
Entonces, se debe planificar la alimentación en el hogar en base a una dieta saludable, variada y balanceada que satisfaga a ambos sexos.
La propuesta que hace la doctora González es un planteamiento básico que cada persona debe regular acorde a su gasto energético y que contenga todos los componentes requeridos para satisfacer las demandas del cuerpo.
Es importante comer al menos tres a cuatro veces al día. En el desayuno hay que consumir leche, yogurt, cereales o pan, palta, jamón, proteínas, quesillo bajo en grasas y/o frutas. Hay que evitar los excesos, especialmente algunos productos como tocino, queso, mantequilla, queques o tortas.
Para el almuerzo se recomiendan proteínas (carnes blancas, rojas, pescados y huevos), verduras (tratar de que sean variadas, ya que mientras más colorido un plato, mejor), cereales (arroz, legumbres, fideos, entre otros) y frutas (que el postre no sean platos preparados como mousse, arroz con leche).
Para la once es bueno comer lo mismo que al desayuno, y en la cena, similar al almuerzo, aunque en menor cantidad.
La diferencia se debe hacer a la hora de servir las porciones en los platos. Por ejemplo, el trozo de carne que come el hombre tendrá que ser más grande que el de ella. Es decir, lo esencial es regular lo que se requiere comer acorde al gasto calórico diario. Esto se puede manejar con una dieta como la antes expuesta.
Sin embargo, la doctora González enfatiza que si se necesita una orientación más personalizada para saber cuánto comer acorde a lo que se gasta, "hay que evaluarlo midiendo su metabolismo, actividad física y así proponer una dieta según sus propios requerimientos.
Recomendaciones
Se recomienda estimular y motivar la actividad física en la vida diaria.
Gracias a simples datos cero costos, se puede ayudar al organismo sin necesidad de ir al gimnasio. Por ejemplo:
  • Preferir las escaleras en vez del ascensor.
  • Estacionar el auto lejos para caminar hasta llegar al destino.
  • Propiciar actividades recreativas con actividad física como salir a caminar, escalar un cerro, ir al parque, hacer excursiones, entre otros.
  • Estimular la actividad física dirigida, especialmente en niños y adolescentes, para que adquieran el hábito desde pequeños.
Tomado de:




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