Sygnus Equilibrio y Salud
Nuestro objetivo es la salud integral, mediante la promoción y prevención, utilizando las técnicas de la Psicología Clínica y la Psicología de la Salud. Creemos en la promoción de la salud como un estilo de vida, no como una tendencia, y como una forma de elaborar objetivos a largo plazo para disfrutar de una vida más plena
Sygnus (El Cisne) representa la transformación que se origina en los desafíos que enfrentamos en nuestra vida cotidiana y, la reflexión interna para considerar nuestras vivencias, expectativas y competencias que nos permitan resurgir como seres apropiados de nuestra esencia.
viernes, 8 de marzo de 2013
8 de Marzo Día Internacional de la Mujer
El Día Internacional de la Mujer conmemora las conquistas sociales, políticas y económicas que las mujeres han logrado gracias al esfuerzo de muchas de ellas. A la vez nos recuerda la necesidad de no decaer en el trabajo en favor de la equiparación entre los géneros y la emancipación de la mujer.
Saber que aún persisten situaciones como violencia contra la mujer, falta de acceso a la atención de salud y la educación; desigualdad entre los géneros y acceso limitado al crédito, plantean retos para las mujeres, en particular las que viven en zonas rurales, debe reafirmar nuestro compromiso para continuar con los esfuerzos de superar esas desigualdades, promover la emancipación de la mujer y mejorar su salud, entendida como un estado de completo bienestar físico, mental y social (OMS), en todas las etapas de la vida, desde el nacimiento, la infancia, la adolescencia, el embarazo y el parto, hasta la edad adulta y la vejez.
lunes, 5 de noviembre de 2012
Nutrición en la Pareja
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martes, 28 de agosto de 2012
El ritmo de la vida
por: Ana Martha Campos Alfaro
“Pero esa red que hilan los buenos maestros ramifica, se extiende mucho más allá de ellos mismos. El eco de sus palabras se repite, y se multiplica casi hasta el infinito...” L. Riba
Hoy se sabe que desde el momento de la concepción
muchos factores pueden influir en la personalidad, desde antes de nuestro nacimiento
ya estábamos aprendiendo y el momento del alumbramiento está lleno de magia y
peligros, un traspié en esta danza de la naturaleza puede marcar el resto de la
vida. En el vientre de la madre se desarrollan los sentidos, los movimientos y
las emociones, pero con el nacimiento se hace necesario aprender a reconocer el
propio cuerpo, dibujar una línea imaginaria que delimite hasta donde llega la
madre y el comienzo del mí mismo.
El aprendizaje es un largo camino que en algunos
trechos recorremos en compañía, pero la mayor parte del tiempo sin ella y con
un saco al hombro cargado de dotación genética y ofertas ambientales. Un camino
que no acaba hasta que se apague la llama divina y que todavía está en discusión
cuando comienza.
“La mente humana se abre al mundo. La apertura al
mundo se revela por la curiosidad, la interrogación, la exploración, la
búsqueda, la pasión de conocer. Se manifiesta en el modo estético por emoción,
sensibilidad, fascinación ante las salidas y las puestas de sol, la luna
nocturna, el rompimiento de las olas, las nubes, las montañas, los abismos, los
ornatos animales, el canto de los pájaros y estas emociones vivas llevarán a
cantar, dibujar, pintar.” (Morin, 2003, p. 45)
Esta mente abierta al mundo de la que nos habla
Morin debería ser parte importante del aprendizaje y es desde la Psicopedagogía
que pretendo hacer un acercamiento a esta propulsión vital. Este autor nos
recuerda también que la mente no es lo mismo que el cerebro; este último es un
órgano que traduce los estímulos sensoriales en construcciones y
reconstrucciones del conocimiento. Pero la mente
es un macrosistema que organiza, controla, verifica, adecua y crea el
pensamiento. Sin embargo muchas veces se olvida que cada individuo hila sus pensamientos
con el hilo de su preferencia y esto le da color al mundo.
Para Karl Pibram (citado por Wilber, 2008) el
cerebro emplea un proceso holográfico y sus estructuras ven, oyen, gustan,
huelen y sienten por medio de un sofisticado análisis matemático de las
frecuencias temporales y espaciales. Este es un dato importante para la
psicopedagogía, porque según este mismo autor el entendimiento más profundo de
este órgano como analizador complejo de frecuencias genera más respeto por las
diferencias individuales en el estilo de aprendizaje y promueve métodos de
enseñanza armónicos.
Por su parte, la psicopedagogía procura estudiar la
conducta humana en situaciones socioeducativas. Pretende potenciar al máximo la
capacidad de aprendizaje de niños, adolescentes y adultos, tomando en cuenta
sus particularidades, talentos y necesidades educativas especiales. Desde este
enfoque se trabaja con los individuos en una multiplicidad de contextos: escuela,
hogar, colectividad, recreación y trabajo. Según Morin: “Todo individuo es uno,
singular, irreductible. Y sin embargo, al mismo tiempo es doble, plural,
innumerable y diverso” (2003, p.91). Entonces soy yo, mujer, hombre, amiga,
amante, compañera, aprendiz y mis padres, mi grupo, mis amigos, hermanos,
abuelos, hijos, vecinos, todas las voces una y un mosaico de aprendizajes. Es
la unidad en la diversidad y la diversidad en la unidad de la que nos habla Wilber
(2008).
Se aprende lo que se vive y podría ser con
estrategias psicopedagógicas que son acciones que toman en cuenta al individuo
como un ser integral, que forma parte del medio, con una historia de vida,
miembro de diversos grupos. Que respetan el estilo de aprendizaje de cada
quien, tomando en cuenta las inteligencias múltiples y promoviendo el
aprendizaje significativo. Que reconocen que cada persona tiene su propio
desarrollo cognoscitivo, psicomotriz y socioafectivo, que puede ser potenciado.
En este sentido la psicopedagogía se apega a lo que
afirma Jung (citado por Peat, 2003) cada persona es el resultado del equilibrio
entre polaridades como el sentimiento y el pensamiento o la intuición y la
sensación. Una de las características de la Escuela, como aparato ideológico,
es que deja de lado el sentimiento para priorizar el pensamiento y en algunos
raros casos le da valor a la sensación para obviar la intuición, haciendo
imposible el equilibrio ideal entre polaridades. Una muestra de sensatez que le
haría bien al planeta podría ser la práctica diaria del equilibrio entre el ser
y el tener, camino difícil en este mundo de contrastes.
Tal
vez la principal falla de un sistema educativo sea el no comprender que somos
un todo y que como dice David Bohm el mundo que percibimos con los sentidos es
el orden explícito y la existencia interior es el orden implícito. En muchas
ocasiones el educador se aleja tanto del entorno del estudiante que
difícilmente puede vincularse a su interior, porque uno no está lejos del otro,
pero en la mayoría de los casos se nos hace creer que así es. La producción
personal solo se da cuando se promueve la concordia, entre ambas existencias.
El joven profesional, el pequeño estudiante o el adulto próximo a pensionarse
requieren conocerse y reconocer su ambiente; esto implica una inteligencia
espiritual y una indagación permanente y creativa; es un tipo de conciencia de
flujo universal.
Desde finales de siglo XIX María Montessori plantea
su filosofía y con su conocido libro La
mente absorbente del niño, explica que el verdadero objeto de la educación
debe ser desarrollar las potencialidades humanas. En mi opinión ya desde
entonces Montessori hablaba de las ciencias de la vida. Donde las conexiones
con el entorno son vitales, pues el niño debe conocerlo, aprehenderlo,
respetarlo de forma sana y positiva. Su filosofía comprende la importancia de
los sentidos, la espiritualidad y la sensibilidad estética. Lo mismo sucede con
otras pedagogías como Waldorf, de Rudolf Steiner, que promueven la
autoeducación, comprende que el ser humano es un todo: cuerpo, alma y espíritu.
Una de las escuelas Waldorf, de nuestro país se ubica en una finca y en este
lugar los niños aprenden a amar la naturaleza porque es parte de su vida, se le
da valor a su mundo mágico, cada aprendizaje es significativo porque lo
vivieron, aprenden con la cabeza, el corazón y las manos.
Se hace necesario comprender que muchas de las
dificultades que encuentran las personas hoy en día se deben a su analfabetismo
emocional y ecológico. Según Capra: “Éstos son pues algunos de los principios
básicos de la ecología: interdependencia, reciclaje, asociación, flexibilidad,
diversidad y, como consecuencia de todos ellos, sostenibilidad. A medida que
nuestro siglo se acerca a su fin y nos aproximamos al principio de un nuevo
milenio, la supervivencia de la humanidad dependerá de nuestra alfabetización ecológica,
de nuestra capacidad de comprender estos principios de ecología y vivir en
consecuencia.” (1998, p.314). Igual sucede con la educación emocional que motiva
el respeto a la diversidad, la empatía, la tolerancia, el aprender a fluir con
el fin de lograr una genuina calidad de vida.
La psicopedagogía debe promover
precisamente esta calidad de vida, buscar la autorrealización y abordar la
alfabetización (emocional y ecológica). En ocasiones es necesaria la
orientación psicopedagógica, como un acompañamiento para el aprendiz en las
situaciones educativas, que como he dicho son muchas y muy variadas a lo largo
de la vida; o con el fin de ahondar en los motivos que inhiben su aprendizaje.
Algunas de las situaciones y los motivos más comunes se relacionan con las
necesidades educativas especiales, que todos tenemos, mayores o menores, en
forma temporal o permanente, pero que algunos se empeñan en subrayar. Al
respecto Capra (1998, p.315). hace un análisis de los seis criterios fundamentales
de Bateson para el proceso mental que deseo retomar:
1. Una mente es un agregado de partes o
componentes interactuantes.
La mente es poderosa, funciona como una red
ilimitada, genera miles de conexiones con el entorno y con los otros. Del
educador (padre, maestro, otro niño) podría depender la calidad de dichas
conexiones. Una persona con discapacidad podría requerir de una amplia gama de
apoyos para establecer redes productivas.
2. La interacción entre las partes de la mente
es desencadenada por la diferencia.
Todos
somos diferentes y no por eso menos valiosos, es la diversidad la que nos
enriquece. Además el trabajo en equipo es precisamente productivo porque cada
miembro tiene algo diferente que ofrecer.
3. El proceso mental requiere energía
colateral.
No es que no se pueda aprender sin ayuda pero un
empujón hace bien, un medio estimulante o una adecuación de acceso mejoran el
avance educacional, ejemplo de esto puede ser un ambiente letrado que ayuda a
la lectoescritura, un padre que gusta de los deportes y su hijo se convierte en
gimnasta.
4. El proceso mental requiere cadenas
circulares (o más complejas) de determinación.
En
todas las historia de vida siempre hay experiencias desencadenantes. Depende de
la madurez emocional aprender de ellas y convertirlas en situaciones de
provecho. Creo firmemente que el más inteligente es el que está decidido a
encontrar soluciones y no se da por vencido fácilmente.
5. En el proceso mental, los efectos de la
diferencia deben ser vistos como transformaciones (es decir, versiones
codificadas) de sucesos que los han precedido.
Siempre
me ha llamado la atención que entre más crece el ser humano más encuentra las
diferencias. Una persona con necesidades educativas especiales es diferente y
no debe provocar miedo aceptarlo, porque todos tenemos necesidades especiales. En
palabras de Masaru Emoto cada individuo vibra en una frecuencia única y cada uno de nosotros posee habilidades
sensoriales para reconocer las vibraciones de los demás.
6.
La descripción y clasificación de estos procesos de transformación revelan
una jerarquía de prototipos lógicos inmanentes en los fenómenos.
Este punto se refiere a la metacognición, la
capacidad que tenemos para pensar y luego repensar lo pensado. En este sentido
tiene gran importancia el autoconocimiento. Es necesario conocerse a uno mismo
para saber de lo que es capaz.
Para finalizar me parece necesario retomar las
palabras de Masaru Emoto: “La vibración de las palabras amables tiene un efecto
positivo en nuestro mundo, mientras la de las palabras imperativas un poder
destructivo”, si una persona nace y crece oyendo lo talentoso que es
seguramente lo será, si desde el principio se siembra el amor por el
aprendizaje, crecerá fuerte y firme; si el grupo familiar es empático y
respetuoso con el entorno, este lo será con ellos. La atención a los intereses
y necesidades de los miembros del grupo es básica y le permitirá abrirse a una
multiplicidad de significados.
La escuela es un lugar donde uno aprende sobre la
totalidad de la vida. Si bien la excelencia académica es absolutamente
necesaria, una escuela implica mucho más: es un lugar donde maestro y alumno
exploran juntos no sólo el mundo exterior que les rodea, el mundo del
conocimiento sino también su propio pensamiento y conducta.
J. Krishnamurti
J. Krishnamurti
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